El síndrome metabólico es un conjunto de signos que por sí solos ya son factores de riesgo, pero cuando se dan varios hace que ese riesgo de enfermedades cardiovasculares y de diabetes sea mucho mayor.
Los signos que se tienen en cuenta:
- Obesidad, sobre todo cuando ésta es corporal -cinturas mayores de 100 cm.
- Hipertensión arterial.
- Niveles alterados de grasas en sangre (colesterol y triglicéridos).
- Elevada concentración de azúcar en sangre.
La primera descripción aparece en la década de los veinte por Kylin que definió la asociación entre hipertensión, hiperglucemia y gota. Actualmente si aparece uno de estos signos se hace estudio de todos para descartar el síndrome metabólico.
¿Por qué aparece este síndrome?
Aunque algunos casos de hipertensión o hipercolesterolemia puedan tener una influencia genética, con mucha frecuencia suele haber como antecedentes abusos de comida y/o abusos de sustancias tóxicas y/,o sedentarismo.
Lo cierto es que todos tienen en común que mejoran cuando se hacen cambios en la alimentación y en el estilo de vida.
El perder peso y aumentar la actividad suele mejorar la hipertensión, el colesterol y la resistencia a la insulina.
Todo el sistema cardiocirculatorio funciona mejor, es el encargado de llevar el oxígeno y los nutrientes a todo el organismos.
Una buena dieta mediterránea con algo de ejercicio obra milagros.
Si tuvieses una advertencia de un tsunami, seguro que no permanecerías estático esperando que llegase, el síndrome metabólico es una gran señal de advertencia que no hay que menospreciar, es imprescindible actuar.
A pesar de tener algunos de estos signos, muchas veces se tiene la falsa sensación de estar sano, porque son signos que no duelen, pero no hay que olvidar que si hacen daño, daños orgánicos que cuesta mucho reparar e incluso pueden hacerse irreversibles.
Nuestro estilo de vida actual promociona el sedentarismo y la sobrealimentación, para evitar el síndrome metabólico
Cosas que pueden ayudar:
- Come para nutrir el organismo, pensando en la calidad de la alimentación y darle a esa calidad el mejor sabor, para que hacer una dieta sana no sea aburrida.
- Escoge los alimentos más saludables, como hidratos de carbono complejos en vez de simples (integrales en vez de refinados como el pan o el arroz), incorpora legumbres, fruta y más verdura en la dieta diaria, las grasas siempre deben ser moderadas pero imprescindibles en tu dieta diaria, escoge los ácidos grasos sanos como los que aportan los aceite vegetales y frutos secos.
- Evita ingerir de forma habitual esos alimentos que solo tienen calorías vacías, sin contenido nutritivo.
- Mantener el peso dentro de unos límites normales a tu estructura.
- Ser consciente del tiempo que pasamos sentado, si tu profesión es sedentaria, no le sumes más horas delante de la televisión o el ordenador. Introduce movimiento en tu vida, piensa que un simple paseo de 30 minutos al día puede mejorar considerablemente la forma en que la insulina reacciona en tu organismo, ayudándote a regular la tensión arterial y también los lípidos en sangre.
- Evitar consumo de tóxicos, como el tabaco solo empeora, añade un factor de riesgo más a la lista.
El abuso del alcohol también añade un factor más, asegurar cual es el valor que se considera moderado, en esto lo que se considera consumo normal es en la mayoría de las veces excesivo, sobre todo cuando se hace diariamente.
- Si haces intentos pero ves que no obtienes resultado, no dudes en pedir ayuda a un profesional.
- Piensa en futuro:
¿como te gustaría verte en los próximos años?
¿haciendo el estilo de vida que llevas, como crees que te verás?
Como he dicho este síndrome no duele, pero hace daño.
Tú decides:
¿Inviertes en la enfermedad?
o
¿Inviertes en tu salud?
Deshazte de los hábitos que te atrapan en costumbres nocivas
Instala nuevas costumbres que te permitirán crear salud, agradecerás el resultado